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Cuauhtémoc Blanco, el ídolo que cayó ante Trinidad.

La selección mexicana enfrentará a Trinidad & Tobago hoy seis de octubre en partido eliminatorio, es inevitable recordar que fue precisamente en un juego eliminatorio contra los trinitarios cuando uno de los jugadores más talentosos que ha dado nuestro país sufrió una terrible lesión que lo apartó de las canchas y que sin duda mermó su rendimiento como futbolista profesional. Cuauhtémoc Blanco Bravo, aquel jugador que a sus 27 años de edad brilló en el conjunto americanista y que apenas comenzaba su aventura en el viejo continente con el Real Valladolid.

Fotos: Cortesía.

El partido se disputó en la cancha del mítico Estadio Azteca un ocho de Octubre del año 2000, México llegaba al partido con nueve puntos a tan sólo tres del líder del grupo que era Trinidad. El juego comenzó y terminó favorablemente para los mexicanos,quiénes entonces eran dirigidos por Enrique “Ojitos” Meza, ya que el juego colectivo y las individualidades de elementos como el propio Cuauhtémoc Blanco, Jared Borguetti y Marco Ruiz marcaron la amplia diferencia ante los trinitarios; sin embargo, cerca del final del encuentro Ansil Elcock defensa de Trinidad & Tobago, le propinó una plancha en la rodilla derecha del astro nacido en Tepito, provocando un movimiento de rotación hacia dentro de la rodilla que además giro sobre su propio eje el cuál propició una rotura de ligamento cruzado, lesión que acabaría con la participación de Blanco en el juego y opacaría la aplastante victoria por 7-0 de México.

La escalofriante lesión tuvo muchas consecuencias para Blanco, puesto que tuvo que dejar el fútbol por ocho meses para recuperarse tiempo en el que Cuauhtémoc pertenecía al Real Valladolid. En determinado momento el mismo jugador creyó que jamás volvería a jugar al fútbol; no obstante, el mexicano se rehabilitó y volvió a la actividad para el año 2001, donde anotó su primer gol con el club ante nada más y nada menos que el Real Madrid en un partido liguero disputado en el estadio Santiago Bernabéu. El gol enmarcó una de las postales más hermosas que cualquier futbolista mexicano haya hecho puesto que fue una anotación de tiro libre que además firmó el empate en la casa de los merengues a dos tantos. Pese a su buen rendimiento en el club, Cuauhtémoc no logró que el equipo lo adquiriera definitivamente ya que él estaba a préstamo, por lo cual tuvo que regresar a México con el dueño de su carta, el club América.

Ya de regreso en nuestro país, Cuauhtémoc jugó para varios clubes mexicanos como: Veracruz, América, Irapuato, Dorados, Lobos BUAP y Puebla, teniendo incluso una etapa en el fútbol estadounidense con el Chicago Fire. En cada uno de

estos clubes Cuauhtémoc brilló por su incesante talento y clase para jugar al fútbol, logrando incluso varios títulos tanto individuales como colectivos.

Con respecto a la selección mexicana, después de la lesión Cuauhtémoc se perdió la Copa América del 2001 y la Copa Confederaciones del mismo año; sin embargo, su carrera en el conjunto tricolor continuó y cumplió con tres apariciones en Copas del Mundo anotando goles en cada una de ellas, siendo el primer jugador mexicano en conseguirlo y se convirtió en el tercer máximo goleador de la Selección con 38 tantos, la mayoría de ellos en juegos oficiales lo que mostraba la calidad e importancia que portaba el 10 mexicano en los botines.

A pesar de todos estos logros, es indudable que aquella lesión le quitó la posibilidad de brillar en el fútbol Europeo ya que nunca pudo retornar al fútbol de más alto nivel y de quizá poder llevar a México a ganar algún título internacional durante su estancia.

Sin embargo, para quiénes somos aficionados al fútbol es innegable que Cuauhtémoc Blanco fue un futbolista diferente que dejó huella y que hoy en día se le reconoce su trabajo a tal grado de ser considerado un ídolo mexicano y a pesar de este episodio caótico Blanco Bravo mostró la principal cualidad que lo define como futbolista, nunca darse por vencido.

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