Como todo equipo recién ascendido a la primera división del fútbol mexicano, Lobos BUAP se ha encontrado con grandes dificultades tanto técnicas como extra cancha que han hecho su paso por el máximo circuito muy complicado, pero la principal característica de esta escuadra ha sido la “volubilidad”.
Fotos: Archivo.
¿Qué significa ser voluble? Significa cambiar fácil o frecuentemente de manera de ser, si bien la idea de juego de Rafael Puente Jr ha sido constante, en la cancha los jugadores han demostrado cambiar fácilmente en su forma de afrontar los partidos.
Ciertamente en muchas ocasiones han salido a jugar de tú a tú con equipos grandes. Sin embargo, también se ha visto chico, temeroso y hasta en ocasiones ridículo ante escuadras que en el papel no resultan tan poderosas o no deberían ser tan superiores a los universitarios.
Los universitarios se colocan en la décimo segunda posición del torneo, con cinco victorias, dos empates y lo alarmante, ocho derrotas, de las cuáles cuatro han sido jugando de local lo que lo coloca como uno de los peores locales del torneo, por otro lado de sus cinco victorias en el certamen, tres han sido en calidad de visitante lo que nos muestra la personalidad que tienen los Lobos saliendo de su casa, misma que no demuestran cuando juegan en el Universitario.
Los licántropos son la cuarta mejor ofensiva del torneo; sin embargo, son la peor defensiva del certamen, esto es un dato duro que nos demuestra la vulnerabilidad y volubilidad que muestra el conjunto lobezno.
Muchos pueden ser los factores que han propiciado las constantes altas y bajas de la jauría, por ejemplo: las cuestiones extra cancha, la separación de jugadores clave temporal o definitivamente del plantel, la llegada tardía de una televisora, el sistema de competencia respecto al descenso etc. La realidad es que los responsables en la cancha, son los jugadores que acompañados de la juventud de un técnico innovador y que gusta de atacar al rival sin importar el terreno donde se encuentren, han hecho que el equipo goce de una inestabilidad tanto en la parte anímica como en la deportiva.
Para el conjunto lobezno sólo restan dos juegos antes de que acabe el certamen: uno en casa ante el líder Monterrey que dicho sea de paso luce muy complicado de afrontar, y otro juego restante que es el clásico poblano ante el Puebla de la franja en el estadio Cuauhtémoc.
Es hora de definir los objetivos y poner en marcha el plan ideal para que el conjunto universitario reaccione y consiga la meta principal, que es la permanencia en la primera división.