El presente Clausura 2018 es una pesadilla para Lobos BUAP y se convertirá en el peor semestre en la historia futbolística de los universitarios por dos razones: la primera y la más importante, el equipo ha descendido; la segunda, serán los Lobos con menor puntaje desde su reaparición en 1996 en el fútbol profesional mexicano.
Fotos: Cortesía.
Actualmente, Lobos está a seis puntos de igualar su peor marca. Sucedió en el Clausura 2011, cuando el equipo era dirigido por Jorge Aravena. Se disputaron dieciséis jornadas con un margen de 4 victorias, 3 empates y 9 derrotas dando como resultado 15 puntos; 26 goles anotados y 34 recibidos con efectividad del 31%.
En el torneo presente de ´La Manada' hay 2 victorias, 3 empates y 11 derrotas, lo que responde a 9 de 48 puntos posibles; 18 goles a favor por 32 en contra con efectividad del 18.75%.
Estos resultados son la causal del descenso y este grupo de jugadores ha pasado a la historia como "los Lobos más malos de la historia".
Se entiende que por plantel, esta idea pareciera ser absurda y fuera de sentido si se toma en cuenta que hay jugadores con gran recorrido y experiencia en la Liga MX, por ejemplo, Carlos Morales, Francisco Rodríguez o Juan C. Medina; peruanos de Selección Nacional como Luis Advíncula, Pedro Aquino e Irven Ávila; o jóvenes talentosos como Julián Quiñones y Eduardo Tercero.
Pero son esos y el resto de jugadores que no mencioné, los que no pudieron salvar a la BUAP del abismo porcentual. Son ellos los que están pasando a la historia del club como los menos capaces de ganar puntos en un torneo regular.
Lobos es una institución que vale en conjunto 30 MDD*. Son 32 jugadores que descendieron y para algunos de ellos, éste podría ser el último tren de sus carreras. Fue un cuerpo técnico joven que no respondió a la confianza de Luza y Alfonso Esparza para mantener este equipo en primera.
Ustedes #LlegaronParaQuedarse, y así fue. Se quedaron sin ideas, se quedaron en la confusión y se quedaron en la gloria del torneo pasado, cuando en este también había que pelear a muerte para alcanzarla.
Aún queda una vela encendida, una vela de esperanza para no caer por completo. Merecida o no, existe. Ya no está en las manos de la institución, al menos, no por ahora. Y si la oportunidad llega, no hay certeza de que el milagro se cumpla.
Hay con qué para salir adelante y si es momento de retroceder, que sea solo para tomar un impulso que los retorne a lo más grande. Hay mucha afición ansiosa de ver a su equipo triunfar y hay una universidad que los respalda porque confían en que así será.
Por ahora, queda esperar y cerrar el ciclo de la mejor manera posible. Habrá caras largas y las palabras de aliento no serán suficientes, pero se debe caer con dignidad. La misión no se cumplió y Lobos descendió. No se pudo y ante el fracaso, al día de hoy son "los Lobos más malos de la historia".
*Fuente: Transfermarkt