Por Daniela Quiroz/@Quiroz_PS
Tras la partida del jugador Rafael “Caballo” Heredia y con un legado de leyendas en el baloncesto mexicano en su familia, la jugadora de las Aztecas de la UDLAP Anna Laura Sánchez Heredia, nos reveló el sentimiento que la rodea por seguir escribiendo la historia de su familia, para dejar huella como lo hizo su abuelo Rafael “Caballo” Heredia.
“Se siente presión, porque tú quieres dejar huella, quieres seguir los pasos de tu abuelo, de tu familia, y las perspectivas crecen, la hija fue seleccionada pues falta la nieta que también sea seleccionada nacional” comentó al respecto de la ligera presión que existe en su carrera como basquetbolista.
“Mi abuelo me decía: hay cosas buenas del Basket hay viajes, conoces muchas personas. Mi mamá también jugó entonces ella me contó sus experiencias al igual que mi papá y así me decidí por jugar basket”. Heredia mencionó no haber sido forzada a practicar basquetbol de pequeña, aunque toda su familia lo practicaba, ella siempre tuvo la libertad de tomar sus propias decisiones, y fueron esas mismas decisiones las que le permitieron ser campeona en la Olimpiada Nacional 2017 con Ciudad de México, de ahí abrió paso para estudiar en el CNAR y estar a un paso de representar a México; Heredía perteneció a la preselección mexicana U16 y U17
La familia Heredia ha formado parte de la historia del baloncesto en México desde Rafael “Caballo” Heredia, quien recientemente falleció al sufrir un infarto en la Ciudad de México, dejando un legado grabado en la historia al representar a nuestro país en los juegos Centroamericanos y del Caribe en 1966, además de haber portado los colores de México en los Juegos Olímpicos de 1964 y 1968, su hija Laura Heredia de igual manera portó con orgullo la jersey de México.
“Es una meta que todo el mundo anhela, desde que te dicen a qué quieres aspirar todos te dicen que quieren representar a su país y si siento que es complicado pero no imposible representar a México en unos olímpicos, tengo muchas ganas de ser la primera generación femenil en llegar a Juegos Olímpicos, parece lejos pero no imposible” mencionó la jugadora sobre vestir la playera tricolor.
“Mi abuelo decía que jugaba muy bien pero que le echara muchas ganas, que siguiera trabajando, me hubiera encantado que hubiera visto más partidos, pero igual me apoyaba y me mandaba videos de ejercicios de bote y a pesar de que vivía lejos y no me viera en los diferentes equipos, siempre me apoyaba y me decía que iba a ser muy grande, que yo iba a llegar lejos”
“Mi mamá siempre me da opiniones sobre cómo jugar pero el que siempre me couchea es mi papá, en todos los partidos me da consejos para ponerlos en práctica, él me ayuda a fijarme en cosas que no me doy cuenta, mi papá me corrige y ayuda en la parte técnica, ahorita en la pandemia él es el que me ha ayudado a entrenar, en vez de ponerme entrenamientos simples me pone entrenamientos funcionales. Él siempre está para mí.”
Por último, la Azteca mencionó estar tener una mente positiva para volver a la ABE, planea seguir luchando por un lugar en el equipo de la UDLAP, “si me meten cinco minutos yo aportaré lo que me toque. Hay tiempo para todo menos para rendirse y yo no me voy a rendir” la originaria de la Ciudad de México se encuentra en recuperación de una lesión en el tobillo, sin embargo, seguirá entrenando y recuperándose para regresar mejor que nunca.
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