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Stephen Curry, ¿el mejor tirador en la historia de la NBA para ti?

Hace unos meses, previo al arranque de esta última temporada de la NBA, decidí hacer un ranking de los mejores jugadores que han pasado por la liga. Por supuesto, como algunos pudieron tomarlo de la manera más tranquila y decir “vale, está bien”, hubo un comentario que se quedó conmigo, el que este tipo de contenidos ya no tienen valor y ni deberían hacerse. Me pregunté si esto sería cierto, que tenían un punto, pero al final lo reflexioné y creo que sería un grave error el que perdiéramos las discusiones por saber quién es el mejor de todos los tiempos en las distintas categorías. Y no, esta no es otra argumentación entre Jordan y LeBron.

Esta vez se trata de revivir la conversación sobre el mejor tirador de todos los tiempos; al que algunos, como yo, lo tienen muy claro, mientras que otros les cuesta el entregarse a cambiar de ídolo. Esto es algo perfecto porque aquí es donde se empieza a crear calor: ¿Es Steph Curry el mejor? ¿Larry Bird si hubiera jugado esta época sería aún mejor de lo que fue? ¿Cómo Reggie Miller no habrá otro? ¿Se olvidan del rompecorazones de Ray Allen en 2013? ¿Es Steve Kerr la mejor mente del triple dentro y fuera de la cancha? Son muchas preguntas e iré dejando algunas de mis respuestas, pero esto es lo importante el poder comparar, el poder dialogar, el tener la oportunidad de crear un consenso o, también, no llegar a un punto neutro para que se nos permita revivir a estas leyendas sin importar el paso del tiempo.


Sí, claro que hay más nombres como los de Chris Mullin, Kyle Korver, Peja Stojakovic, Dale Ellis y muchos más, pero la lista la mantendremos un poco más corta para no quedarnos aquí hasta el siguiente amanecer.


Desafortunadamente, yo no fui de los bendecidos para ver jugar en vivo a Magic Johnson, Jordan y Bird, pero la tecnología y su legado me han permitido estudiar un poco de las sensaciones que siguen siendo. Ellos tres estarán por siempre dentro de mis cinco mejores de la historia y Bird también lo estará dentro de los tiradores y no por los estadísticas -que eso quede muy claro, en lo personal, esas sólo complementan la leyenda de todos-, sino por ganar sin problemas los primeros concursos de triples y también por esa histórica noche en que le encestó 47 puntos a los Portland Trail Blazers con su mano débil, porque se tenía que guardar para los Lakers. Esos que pueden parecer detalles son realidad los toques de grandeza que te llevan a ser recordado para siempre (Bueno, y por supuesto, también tus tres campeonatos).


Para la siguiente era, con Reggie Miller es un caso similar, revisando los anecdotarios para entender el miedo que corría por los perímetros rivales. Su porcentaje podría no quedar arriba del 40% de efectividad al final de su carrera, pero todos sabían el peligro que corrían hasta que no sonara la chicharra final. Su media y larga distancia eran letales y por algo sus números lo tienen entre los más anotadores de la temporada regular y como el número uno en triple de la postemporada. Faltarán muchas cosas, pero con ese cañón, la artillería Miller sin duda siempre estará entre las mejores.


Cabe aclarar que, por el siguiente nombre a presentar, no significa que haya un orden entre ellos. Larry Bird, Reggie Miller y Ray Allen comerán en la misma mesa de lanzadores y ustedes decidirán cómo sentarlos. Cuando llegué a este mundo de la Asociación, claro que mi primer impacto fueron Los Ángeles y de ahí muchos partimos por Kobe Bryant, pero también uno de mis primeros asombros fueron los Celtics de Doc Rivers. De ahí nace una afición distinta por el juego de Allen y Kevin Garnett -no de Paul Pierce-, pero ver a al prodigioso Jesus Shuttlesworth fuera de la pantalla grande era distinto. Y recortando todo lo que hizo en su carrera, si hay un lugar que me tiene marcado en la NBA -y que no me importa repetirlo- es esa esquina derecha del American Airlines Arena que debería tener estampadas las suelas de Allen después del triple devastador que le hizo a los Spurs en las Finales.


Ahora, aquí sí hay un dígito, el No. 1. Esperando no adentrarme tanto, la sencilla razón por la que este hombre se merece este lugar es porque cambió el juego por completo hace 6 años. Sin Steph Curry, la NBA no sería la que es hoy en cuanto a la forma de jugarse, ese estilo que todos los puristas odian hoy en día.


Todos los juegos evolucionan y se perderán cosas que alguna vez amamos, pero tampoco hay que negar el presente. Lo creado por los Warriors con Steve Kerr y su histórico 45% detrás del arco llevado a la filosofía de Golden State hizo imbatible a un equipo que tardamos tres años en comprender por completo. De triplero a triplero se transfirió una época inolvidable para el básquetbol y al día de hoy todavía hablamos de lo indefendible que puede llegar a ser Curry lanzando sobre la llave o también un poco más lejos con la logomanía. Sus logros sirven para un aval mayor siendo MVP en múltiples ocasiones, teniendo el récord de temporada de triples, estando a una centésima de ese porcentaje de Kerr, sus tres títulos de NBA y la caza por ser el máxima anotador de Saturno.


Poco menos de trescientos encestes lo separan de esa marca, pero no tardará nada en hacerlo y, cuando lo logre, su servidor seguirá creyendo en él como el mejor de la liga y su historia en el olimpo de los tiradores. Para ti será Bird, para otro será Miller, alguien habrá que siga sin olvidar a Allen y no faltará el que hable hasta de Klay Thompson, pero uno, aquí desde la que también es su casa, no dejará de buscar una buena plática para llevarlos por el camino correcto de la bahía.


No paremos el diálogo, hablemos de todo, recordemos a todas leyendas y respetemos las opiniones de otros para contrarrestar ideas. Siempre tendremos algo nuevo que aprender y, bueno, en un golpe de suerte, hasta cambiaríamos de parecer sin darnos cuenta.

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